En el contexto de conflictos armados, migraciones y desastres naturales en todo el mundo, la desaparición de personas no es infrecuente. Sin embargo, el sistema de apoyo a los familiares de personas desaparecidas se basa en el derecho internacional, la investigación académica y décadas de experiencia de la cultura occidental principalmente. En un artículo de reciente publicación en el Journal of Buddhist Ethics, Alex Wakefield describe cómo se pueden utilizar los rituales budistas para descolonizar nuestra forma de apoyar a los familiares de personas desaparecidas y ayudarlos a procesar su pérdida. 

El artículo comienza con la definición del término pérdida ambigua, acuñado por Pauline Boss para describir el impacto de las pérdidas no resueltas, como sucede cuando un ser querido desaparece. Como los familiares no pueden dar un cierre a lo sucedido, muchas veces no se reconoce su dolor y tienen dificultades para que se validen sus experiencias.

El budismo aspira a reducir lo más posible el sufrimiento en el mundo y, para lograrlo, ha desarrollado una religión con principios y prácticas éticas sólidos. Si bien tiene rituales bien establecidos para conmemorar la muerte, las bendiciones y ceremonias no pueden llevarse a cabo en el caso de las personas desaparecidas porque se desconoce lo que les ha sucedido. Wakefield cita a una familia de Sri Lanka:
 

Hace casi 27 años que mi hermano desapareció. Hacemos actividades religiosas y le damos la bendición. Pero no hemos realizado los rituales de muerte ni hemos dado Panshukuula [sic] (una bendición budista que se realiza luego del fallecimiento). Es malo hacer ese tipo de cosas para alguien que está vivo… Nuestros tíos y los aldeanos nos piden que demos ofrendas a los monjes budistas y acumulemos méritos. Pero mis padres y yo no queremos hacerlo, porque creemos que mi hermano sigue vivo en algún lugar.

Isuru, Bandumithra y Williams

Los familiares de personas desaparecidas no pueden realizar rituales que les ayudarían a superar su pérdida, ni pueden dedicar méritos en nombre de sus seres queridos para ayudarles a conseguir un renacimiento favorable (lo que en el budismo se conoce como transferencia de mérito).

Como los familiares de personas desaparecidas se enfrentan a la terrible realidad de no poder confirmar la muerte de sus seres queridos, la mayoría de las sociedades no cuentan con mecanismos culturales para abordar su experiencia. En el artículo, se plantea que si las comunidades religiosas reconocieran la pérdida que enfrentan estas familias mediante rituales dirigidos por líderes budistas, podrían legitimar su experiencia y brindarles apoyo para continuar con sus vidas. Si bien la tradición es sumamente importante en las prácticas religiosas budistas, Wakefield sostiene que el mismo Buda abogaba por la adaptación de los rituales culturales y religiosos para ayudar a unir a las comunidades y reducir su sufrimiento. 

El establecimiento de rituales religiosos para las personas desaparecidas daría a los familiares y seres queridos la oportunidad de manifestar su dolor utilizando los símbolos propios de su cultura y creencias. Y, de esta forma, podrían sentirse comprendidos y reconocidos. En un sentido más amplio, estos rituales permiten que la comunidad acepte esa pérdida de manera colectiva. El hecho de realizar una ceremonia para un hijo que desapareció durante un conflicto armado no solo brinda espacio para el duelo personal, sino que también resalta el conflicto que ocasionó su desaparición. 

Para demostrar cómo los rituales religiosos pueden aliviar el trauma que genera la desaparición de un ser querido, en el artículo se cita un ejemplo de Tailandia. Tras el tsunami de 2004, los familiares de las personas desaparecidas volvieron a realizar funerales sin los cuerpos de los fallecidos, con la bendición de la comunidad monástica, reviviendo así un ritual que había caído en el olvido hacía mucho tiempo. Para estas ceremonias, se invitaba a los monjes y a los familiares, vecinos y amigos. El objetivo era comunicar a la persona desaparecida que había fallecido y alentarla a guiar a sus familiares hacia su cuerpo para proceder con su cremación. Esta práctica se asemeja a rituales de otras culturas, donde se emplea un objeto en lugar del cuerpo de la persona desaparecida y se la invita a habitarlo. Wakefield cita un ejemplo de Timor Oriental, donde los rituales combinan prácticas católicas con animismo tradicional.

La ceremonia... reemplaza el cuerpo de la persona fallecida por otro objeto, normalmente, una piedra. La familia se dirige al lugar donde cree que murió su ser querido. Allí, mientras reza oraciones, recoge una piedra y la coloca en un recipiente tradicional hecho de hoja de palma. Luego, lo envuelve en una tradicional tela tejida típica de Timor, ya sea para hombre o mujer, dependiendo de la persona fallecida. La familia conserva el recipiente una noche en su hogar y luego lo entierra en un ataúd como si se tratase del cuerpo de su ser querido.  De esta forma, el espíritu de la persona fallecida entra en la piedra y no queda vagando. El resto de la ceremonia se desarrolla como cualquier otro funeral con sacrificios de animales y banquetes.

Robins

 

También se realizó un ritual tradicional para enterrar una muñeca en reemplazo de una niña que había desaparecido durante el conflicto armado de Nepal.

La perspectiva budista sobre el papel y el valor de tales rituales muestra cómo estos pueden ayudar a las familias de las personas desaparecidas:

Cuando un ritual tiene fundamentos morales y psicológicos, posee un verdadero potencial para el desarrollo espiritual y la superación de estados de ánimo negativos. Se trata de una transformación, no solo de quien lo practica, sino también de las condiciones sociales que rodean la desaparición.

Wakefield

También se han desarrollado rituales religiosos y seculares para celebrar la vida de las personas desaparecidas, incluso cuando las familias todavía albergan la esperanza de que su ser querido regrese algún día.

En resumen, el artículo presenta los beneficios de los rituales religiosos para los familiares de las personas desaparecidas y recomienda ofrecer este tipo de apoyo en las comunidades budistas. La práctica de rituales de esta naturaleza puede transformar la forma en la que la comunidad percibe estas pérdidas. Además, las ceremonias religiosas brindan a los familiares la oportunidad de afrontar su duelo mediante prácticas culturales y espirituales conocidas, las cuales pueden complementar los sistemas de apoyo seculares.