Medir la pérdida ambigua: los desafíos de encontrar un indicador cuantitativo
Simón Robins
Centro de Personas Desaparecidas del CICR/CTA
Durante mucho tiempo, se ha utilizado la noción de pérdida ambigua como marco para comprender de qué manera la ausencia de un ser querido afecta a las personas y las familias. En el ámbito de las personas desaparecidas, la pérdida ambigua se define como una pérdida poco clara y sin resolución porque la familia no tiene información concluyente sobre la suerte y el paradero de la persona que no está. La teoría de la pérdida ambigua, que elaboró Pauline Boss hace más de treinta años, se basa en la premisa de que la ambigüedad en torno a la ausencia o la presencia de una persona desaparecida resulta estresante y traumatizante para quienes la experimentan. Tanto en el plano individual como familiar y ciertamente desde el punto de vista de una comunidad, esta ambigüedad paraliza el proceso de duelo, perturba el razonamiento, bloquea los procesos de toma de decisiones e inmoviliza a las personas, todo lo cual las mantiene en el doloroso limbo de la incertidumbre.
De los enfoques cualitativos a los cuantitativos
Los trabajos empíricos para comprender la pérdida ambigua y sus efectos han partido, en su gran mayoría, de un enfoque cualitativo. Se ha procurado, así, obtener las percepciones subjetivas de esos efectos solicitando a las personas que los describan, en un proceso análogo a los métodos terapéuticos narrativos utilizados para tratarlos. Ese abordaje dio lugar a un gran número de estudios que analizan los efectos psicológicos, emocionales y sociales, así como las manifestaciones de la pérdida ambigua, en diversos contextos.
Durante mucho tiempo, los profesionales aspiraron a elaborar un instrumento cuantitativo que les permitiera evaluar fácilmente en qué medida una persona sufre una pérdida ambigua. No obstante, el enfoque cuantitativo está atravesado por grandes complejidades. En primer lugar, los efectos de la pérdida ambigua están arraigados en la subjetividad de quienes la experimentan. En sí, el concepto de “fiabilidad”, esencial para esta medición, se desdibuja al evaluar un fenómeno propio de la percepción y que varía a lo largo del tiempo.
En segundo lugar, la manera y la medida en que se experimenta la pérdida ambigua dependen, en gran parte, del lugar que se ocupe en la sociedad, entre otras cosas, ya que se trata de un trastorno relacional. Algunos de los efectos más extremos de la pérdida ambigua van de la mano del estigma y de la exclusión, que dependen no solo de la cultura en la que vive la persona, sino también de la posición que esta ocupa dentro de ella. A modo de ejemplo, en sociedades patriarcales, los mayores efectos en las mujeres cuyos maridos están desaparecidos surgen al ver cuestionada su identidad: al no ser ni esposas ni viudas, no son comprendidas por sus pares.
Por tales razones, se ha dado por supuesto que la pérdida ambigua —un constructo social en torno al hecho de darle sentido a una situación incomprensible— se investiga mejor mediante el abordaje cualitativo.
ALI+: medición cuantitativa de la pérdida ambigua
Sin embargo, no todos opinan igual. En un artículo reciente titulado “Measure of Psychological Reactions to the Disappearance of a Loved One” (Medición de las reacciones psicológicas ante la desaparición de un ser querido), un grupo reducido de investigadores se propone elaborar un indicador cuantitativo. Su enfoque se basa en el Ambiguous Loss Inventory Plus (ALI+), un inventario de pérdida ambigua que consiste en una medición tripartita cuyo objetivo es identificar la sintomatología de la pérdida ambigua. Las dos primeras partes, basadas en mediciones existentes del duelo y de la pérdida, están diseñadas para evaluar las pérdidas que pueden resultar ambiguas y señalar la relación con la persona desaparecida. Además, se pretende captar las reacciones vinculadas al duelo frente a una pérdida ambigua mediante un proceso similar a los utilizados para medir los efectos del trastorno por duelo prolongado. La tercera parte se ocupa de las reacciones ante la pérdida ambigua, para lo cual se elaboró una lista a partir de una revisión bibliográfica y una reunión de expertos. Estas reacciones pueden ser pensamientos intrusivos, sentimientos de estancamiento, tensión familiar y preocupación por la ausencia de ritos funerarios. La lista de reacciones contó con la supervisión de pequeños grupos tanto de familiares de personas desaparecidas como de expertos a fin de garantizar su comprensión y pertinencia.
En el análisis a cargo de expertos, al final del documento, se señalan algunas de las complejidades en torno al uso del ALI+ (p. ej., al analizar la diferencia entre “duelo” y “angustia por separación”, los expertos resaltaron la importancia de utilizar este último término, dado que una pérdida ambigua impide un duelo adecuado). Sin embargo, en cierto modo, el ALI+ se basa en análisis de la teoría del duelo y la terapia del duelo, más que en la teoría del estrés familiar, que se centra en la angustia causada por la separación.
Otro de los cuestionamientos a la validez del ALI+ surge del grupo pequeño (n=7) y bastante homogéneo (refugiados en Europa) que se utilizó para su desarrollo.
Por último, deberán resolverse sutilezas lingüísticas y conceptuales ya señaladas en la elaboración del ALI+ en cada contexto en el que vaya a utilizarse el inventario. Muchos de los estudios en torno a la pérdida ambigua muestran efectos muy específicos del contexto y de la cultura (p. ej., sueños recurrentes con las personas desaparecidas, que suelen interpretarse como visitas del espíritu de esas personas). Estos efectos se expresan con un lenguaje arraigado en una comprensión no occidental de las relaciones entre la mente y el cuerpo, y la traducción de los modismos locales utilizados para expresar angustia resulta una tarea compleja.
Frente a esos obstáculos, los profesionales aún prefieren los enfoques cualitativos. No obstante, reconocen que el ALI+ representa un avance y seguirán de cerca su progreso a partir de los esfuerzos por demostrar su fiabilidad y validez en diversos contextos.
Futuras investigaciones: Proyecto de Investigación sobre el Impacto de la Separación y la Desaparición de Familiares (PRISM Family)
Si bien existe una clara necesidad de elaborar mejores estrategias para medir la pérdida ambigua, se reconoce que la carga psicológica y social que soportan aquellas personas, familias y comunidades cuyos seres queridos están desaparecidos es multidimensional, diversa y dinámica. Ante la falta de conocimiento sobre el tema, se lanzó un nuevo proyecto de investigación desde Australia. El Proyecto de Investigación sobre el Impacto de la Separación y la Desaparición de Familiares (PRISM Family) tiene por finalidad documentar y localizar los efectos psicológicos y sociales de la ausencia de un familiar en las personas desplazadas por la fuerza que se han instalado en Australia. El proyecto, que se financió gracias a una subvención del Consejo Australiano de Investigación, es el resultado de la colaboración entre la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Sídney, la Cruz Roja Australiana y el Comité Internacional de la Cruz Roja. Esta iniciativa es única en cuanto a que adopta un enfoque mixto, al combinar métodos cuantitativos de recopilación de datos longitudinales y métodos cualitativos de investigación participativa. El estudio longitudinal de múltiples abordajes incluye la elaboración de una nueva medición del impacto que tiene la desaparición de familiares en las personas refugiadas. Se espera que esta nueva medición —que elaboraron conjuntamente académicos, profesionales y refugiados que han vivido la experiencia— complemente al ALI+. Para más información, visite el sitio web del estudio https://www.rtrp-research.com/prism-language-selection o envíe un correo electrónico al equipo de investigación: prism@unsw.edu.au.
