Un proyecto gastronómico fotográfico y social.
"A Adán le encantaban las quesadillas de flor de calabaza. Comerlas iba más allá del deleite del sabor delicado, casi imperceptible de la flor, combinado con esa amargura del epazote y lo crujiente de la masa dorada al comal. El sabor era sólo una parte del festín".