La confianza es “la base de la acción humanitaria”. Permite que las organizaciones humanitarias, como el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (el Movimiento)3 , lleguen a los más vulnerables y respondan a sus necesidades. Sin embargo, la confianza es compleja y dinámica. Incluye muchas facetas, como la confianza de las organizaciones humanitarias en que las autoridades públicas respetarán sus mandatos humanitarios, y la confianza de los migrantes y las comunidades en la calidad de los servicios prestados por las organizaciones humanitarias. Las personas que dependen de las organizaciones humanitarias para satisfacer sus necesidades básicas no pueden permitirse el lujo de la confianza; puede que simplemente tengan que esperar que una organización actúe en su beneficio debido a la falta de otras opciones. Por lo tanto, la confianza no puede darse por sentada: hay que construirla, mantenerla y evaluarla, desde el ámbito local hasta el mundial.