En cada rincón del planeta, la característica común a todos los familiares de desaparecidos es la determinación. No importa cuántos años hayan pasado, las diversas circunstancias en las que hayan desaparecido sus seres queridos ni las diferentes dificultades económicas, emocionales, jurídicas o administrativas que encuentren: todas estas familias están unidas por el mismo dolor y el compromiso inquebrantable de encontrar a los suyos.

La Conferencia Internacional para Familiares de Personas Desaparecidas reconoce el poder de esta solidaridad y la importancia del encuentro. Este evento bienal, que en su edición más reciente se llevó a cabo durante tres días en diversos lugares, ofrece a los familiares una oportunidad única de conectarse y compartir sus experiencias. Las familias de Sri Lanka, por ejemplo, la describieron como una fuente de “unidad, fortaleza, poder y solidaridad”.

En el transcurso de las 72 horas desde el inicio hasta el cierre de la conferencia, hubo dos momentos en los que los familiares de todas partes del mundo pudieron compartir una “hora dorada”, hora en la que todavía no había salido el sol o no había acabado de ponerse para la mayoría de los participantes. Este momento, parte emblemática de la conferencia, permitió que familiares de más de 40 países, desde Nepal hasta El Salvador, se sintieran unidos por una red mundial que entiende lo que ellos atraviesan y les brinda comprensión y apoyo.

Los familiares reunidos en la delegación del CICR en Batticaloa, Sri Lanka, pudieron escuchar decir a los de Caracas, Venezuela, que “esta red se convierte en tu familia [...] y, juntos, somos más fuertes”. Con el mismo espíritu, en Lima, Perú, algunos familiares se refirieron a todos los concurrentes como “nuestras hermanas y hermanos”. Al otro lado del mundo, la Cruz Roja de Kenia, en Nairobi, reunió a familiares que, para darse fuerza, han adoptado la imagen del león majestuoso como reflejo de su propia resiliencia.

Los familiares de San Salvador afirman al unísono, para todos los presentes, que “No están solos”. Y desde Yola, Nigeria, responden: “No estamos solos en nuestro sufrimiento y nuestra agonía. Podemos oír y ver a otras familias”. A pesar de que los participantes de Siria en Líbano no pudieron verse en video por razones de seguridad, el impacto de su voz se hizo sentir en quienes los escuchaban desde Jordania o Yemen. El canto de los padres por sus hijos desaparecidos provocó oleadas de emoción en todos los espacios físicos y virtuales donde había familiares reunidos y empoderó a todo el auditorio.

Así y todo, la hora dorada fue solo un momento más en el nutrido programa de la conferencia, pensado para generar una sensación de solidaridad mundial y facilitar el intercambio de experiencias entre pares. El encuentro, convocado por la Agencia Central de Búsquedas del CICR, reunió a familiares de personas desaparecidas de diversos países y continentes, para reconocerlos como los actores principales en la búsqueda de sus seres queridos, más allá de su lugar de víctimas o beneficiarios de nuestros servicios de restablecimiento del contacto entre familiares.

Los familiares interactuaron directamente con sus pares de todas partes del mundo en busca de consejos para agruparse y hacerse oír por los responsables de dar respuestas, así como para aprender de los demás, apoyarse y colaborar entre sí para sostener la búsqueda. En una de las sesiones, los familiares de África Occidental que se conectaban desde Dakar y Abiyán conversaron con los que estaban en Caracas y El Salvador. Así, se creó un espacio en el que las familias de personas desaparecidas en la ruta a Europa, con su peligroso cruce del Mediterráneo, pudieron conocer la experiencia de personas de América Central y del Sur que habían perdido a sus seres queridos que viajaban al norte, rumbo a Estados Unidos. Si bien la mayoría de los familiares continúan sin respuesta, la experiencia americana ofreció valiosos aprendizajes para los participantes de África Occidental.

Por otra parte, se evidenció que, en muchos contextos, los familiares se encuentran con las mismas dificultades y utilizan las mismas herramientas para sobrellevarlas. Así como internet hizo posible la conferencia, las nuevas tecnologías, como las redes sociales, también ayudan a las personas a mantenerse en contacto y hasta pueden facilitar la búsqueda de los desaparecidos. En los muchos contextos donde hay personas desaparecidas hace décadas, el activismo ha tenido que volverse transgeneracional, es decir que la juventud se ha visto impulsada a continuar la lucha iniciada por sus padres y abuelos.

El encuentro sirvió como plataforma para propiciar nuevas relaciones y conexiones significativas entre los familiares. En ese intercambio, aprendieron de las experiencias de los demás y obtuvieron valiosos aportes que potenciarán sus iniciativas de búsqueda. Su próxima edición se llevará a cabo en dos años, con los familiares al timón para diseñar su estructura y seleccionar los temas de las sesiones. La conferencia persistirá en su misión de ofrecer herramientas a los familiares de personas desaparecidas fomentando el desarrollo de un movimiento mundial que amplifique la defensa de su causa y brinde un apoyo infatigable a los familiares en su búsqueda.