Treinta años después de la cruenta guerra civil peruana, familiares de muertos y desaparecidos buscan cadáveres y cierre.
Paralizadas durante más de una década por un conflicto entre Sendero Luminoso y el ejército durante las décadas de 1980 y 1990, las comunidades de Perú han encontrado un lento camino de regreso a la recuperación, con pocas respuestas sobre el destino de sus seres queridos desaparecidos. Hasta el momento, solo se han encontrado y devuelto a sus familias 1'300 restos de víctimas, de las 16'000 personas estimadas desaparecidas en el país.
Una ceremonia tuvo lugar a finales de octubre de 2014 en el Altiplano Andino. Los familiares de los desaparecidos llegaron desde varias provincias alrededor de Ayacucho, algunos viajando durante 24 horas en camionetas e incluso en mulas, para recoger los restos de sus seres queridos.
Ochenta y cinco ataúdes blancos se alinearon en el patio del Instituto de Medicina Legal de Ayacucho. Luego, los familiares y los voluntarios llevaron los ataúdes sobre sus espaldas a través de la plaza principal de Ayacucho y los escoltaron de regreso a casa para recibir un entierro adecuado.